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Mostrando postagens de julho, 2006

Libro de John Gray

Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus John Gray Imagine que los hombres sean de Marte y las mujeres de Venus. Un día, hace mucho tiempo, los marcianos, mirando a través de sus telescopios, descubrieron a las venusinas. El solo hecho de echarles un rápido vistazo a las venusinas les despertó sentimientos que no habían tenido nunca. Se enamoraron e inventaron rápidamente los viajes espaciales para volar hacia Venus. Las venusinas recibieron a los marcianos con los brazos abiertos. Habían sabido en forma intuitiva que ese día llegaría alguna vez. Sus corazones se abrieron de par en par para un amor que nunca antes habían sentido. El amor entre venusinas y marcianos fue mágico. Se maravillaron estando juntos, haciendo cosas juntos y comunicándose entre sí. Aunque eran de mundos diferentes, se deleitaron en sus diferencias. Pasaron meses aprendiendo uno acerca del otro, explorando y valorando sus diferentes necesidades, preferencias y pautas de comportamiento. Durante años vivi

Paz

En tiempos en los cuales hace falta reflexionar sobre la Paz. Que haya paz... ¿Paz? No, ni la menor idea. No conocemos. Ah, sí, una ciudad de Bolivia: La Paz. Otra paz no, no sabemos. Ah, claro, un cantante, Paz Martínez. Otra paz no, difícil. Puede ser una actriz española, que hace películas en Hollywood, Paz Vega. Si no un libro, "La guerra y la paz", de León Tolstoi. A lo mejor una marca de pipas, Pipa de la Paz. No sabemos. Ah, sí, un slogan, Love and peace. A veces se lo imprime en las remeras. O un premio que se entrega anualmente, el Premio Nobel de la Paz. Paz no, no la vemos. Puede ser algo que algunas veces, en algunos lados. Durante un tiempo determinado. Pero tampoco por mucho tiempo. Lo que de pronto se pierde. Después se gana, y después se pierde. Y de nuevo. Lo que no se encuentra salvo que se busque. Lo que no se busca tanto. Algo así. No sabemos bien de la paz. Ah claro, un tema de John Lennon, Give peace a ch

Bólido

Após uma vespertina viagem ao mundo das trevas... Finalmente retorno: Um bólido cintilante e ruidoso cruza o céu cinza-amarelado-noturno preso em minha janela. Olho, oxigênio cheirando a fritura, vidro, grade, oxigênio ora puro, ora ora ora ora ora com dióxido de carbono e bólido. A sua rota diagonal descendente é estatelar-se nas telhas transparentes que cobrem a lavanderia... ?! Nada disso acontece, ele passa incólume e eu me arrebento nas teias do que escrevo, pura ilusão de ótica.